Con respeto y cierto temor, me dirijo a los Hermanos Procuradores y Delegados Inspectoriales de Animación Misionera, no solo por el honor de hablar ante un auditorio tan distinguido, sino también por la dificultad de ser una voz fiel de los que no tienen voz. Este discurso aborda la situación de 270 millones 176,000 latinoamericanos pobres, que representan el 61.8% de la población de América Latina y el Caribe. De estos, 203 millones 725,000 viven bajo la línea de pobreza, y 88 millones son indigentes. Además, el 40% de los pobres son menores de 15 años. Estas cifras interpelan nuestra conciencia cristiana y salesiana, demandando una respuesta desde nuestro carisma específico.