Os escribo en la solemnidad de la Natividad del Señor, en la que celebramos con toda la Iglesia la gran alegría que nos ha sido anunciada: «Hoy os ha nacido en la ciudad de David un Salvador, que es el Cristo Señor. Esta será para vosotros la señal: encontraréis un niño envuelto en pañales, que yace en un pesebre» (Le 2,11-12).