Dentro del Jubileo, el misterio de la Eucaristía ocupa un puesto central. El Santo Padre había anunciado que el año 2000 sería intensamente eucarístico, destacando la Eucaristía como el corazón de la celebración jubilar. La historia de la comunidad cristiana siempre ha visto la Eucaristía como la expresión más profunda de su fe y vida. La fe en el Resucitado, que nos ofrece la comunión con su Cuerpo y Sangre, da al Jubileo su sentido más profundo, permitiendo mirar con confianza al futuro. El Congreso Eucarístico Internacional en Roma será una oportunidad para agradecer la presencia real de Cristo en la historia humana y para que la comunidad cristiana se abra a su don total. Para la renovación personal y comunitaria, el Jubileo incluye el redescubrimiento de las riquezas de la Eucaristía y las responsabilidades que conlleva, reconociendo que toda la vida cristiana se edifica alrededor de este misterio. El itinerario sacramental de preparación a este año conduce a la Eucaristía como una cima desde la cual contemplar el misterio Trinitario en la vida del mundo y en nuestra existencia.
ÍNDICE
- 1. «Una hora» eucarística
- El camino eclesial
- La pregunta
- Nuestra Eucarístía
- La praxis pastoral
- 2. Invitación a la contemplación
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- «Haced esto en conmemoración mía»
- «Mi cuerpo entregado…mi sangre derramada»
- «Tomad y comed»
- «Yo en vosotros y vosotros en mí»
- 3. Llamada a la celebración
- «He recibido del Señor»
- «Vosotros sois el cuerpo de Cristo»
- «Anunciamos tu muerte»
- 4. Llamada a la conversión
- Don Bosco, hombre eucarístico
- Una pedagogía original
- La Eucaristía y el «Da mihi animas»
- Un camino en nuestras comunidades
- El itinerario educativo con los jóvenes
- Conclusión: Un año «eucarístico»
Periodo de referencia: 2000
J. Vecchi, “Esto es mi cuerpo, que se entegra por vosotros”, in «Actas del Consejo General», 81 (2000), 371, 3-59.
Institución de referencia:
Direzione Generale SDB