El Rector Mayor del año 2000 se destacó no solo como una figura importante en el calendario, sino también como un catalizador para la cultura, con consecuencias imprevisibles para las personas y la humanidad. Este período estimuló una reflexión profunda sobre el siglo recién concluido y renovó esperanzas que parecen alcanzables a través de los esfuerzos humanos y más allá. Para él, fue una invitación, casi una provocación, a mirarse a sí mismo como discípulo de Cristo, en medio de una transformación compleja y profunda que revela un sentido y una dirección. Se siente solidario y parte activa de esta evolución, no solo como crítico, sino también como responsable de lo que ha ocurrido y de lo que ocurrirá. Por lo tanto, desea acoger y llevar a cabo de manera comunitaria la principal consigna del Jubileo, expresada repetidamente por el Santo Padre en la Bula de convocación: “El Año Santo, por su naturaleza, es un momento que llama a la conversión… que la conmemoración bimilenaria del misterio central de la fe cristiana sea vivida como un camino de reconciliación y como signo de genuina esperanza para quienes miran a Cristo y a su Iglesia”.
ÍNDICE
- 1. Gracia y misericordia envuelven nuestra vida
- «Por medio de Cristo»
- Amor gratuito y praxis salesiana
- 2. El amor de Dios nos lleva a juzgarnos a nosotros mismos
- Dios misericordioso y justo
- Sentido del pecado
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- Formación de la conciencia
- Juicio y vida salesiana
- 3. Conversión y vida nueva en el Espíritu
- El retorno a Dios
- La salvación en las raices del mal
- Consecuencias salesianas
- 4. El sacramento de la Reconciliación
- Un camino de revalorización del sacramento
- Sacramento de la Reconciliación y espiritualidad salesiana
- Reconciliados y ministros de la Reconciliación
- Conclusión: cruzar el umbral
Periodo de referencia: 1999
J. Vecchi, Nos ha reconciliado consigo mismo y nos ha conviado el ministerio de la Reconciliación, in «Actas del Consejo general», 80 (1999), 369, 3-54.
Institución de referencia:
Direzione Generale SDB